sábado, febrero 13, 2010

Acabar con la mediocridad

Publicado en www.estrelladigital.es por Rafael Garcia Rico

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Saldremos adelante porque al final siempre se sale adelante. Las crisis cíclicas del capitalismo no esconden mayor misterio que el de desvelar cuales serán los costes de su salida. Históricamente, la carga mayor ha recaído sobre los trabajadores con rentas más bajas, en los sectores sociales que tienen mayores dificultades para la integración laboral y en aquellos colectivos que tienen una mayor necesidad del respaldo del estado para afrontar los malos momentos de la economía. Pagan las crisis los sistemas públicos de salud, las redes de protección asistencial, los servicios públicos que sirven para igualar la calidad de vida de los ciudadanos.

Cuando llega la crisis, tiembla el empleo estable. Tiembla la contratación femenina y la contratación juvenil se hace con precios de saldo.

En España, la crisis tiene identidad propia. Es cierto. La metáfora de la burbuja no deja de ser un maquillaje sobre una economía fundamentada en la especulación y el enriquecimiento rápido. Nuestros empresarios más destacados se parecen más a los tratantes de ganado del mercado de Talavera, que cierran sus tratos con un apretón de manos y cambian los fajos de billetes de bolsillo en un "pis pas" sin otra mediación legal que el trato entre "caballeros".

Nuestra economía está más instalada en la Mesta que en la revolución burguesa y el espíritu emprendedor de un capitalismo moderno. Es obsoleta en muchos sectores y su improductividad es la del negocio rápido y la inversión escasa. Aquí te pillo y aquí te mato. Demasiados hombres de negocios, pocos empresarios.

Arrastramos aún las cadenas, la ideología del sortilegio, el oscurantismo frente a la creación, el silencio mediocre ante la divulgación científica. Somos más como la Noria que como las Redes de Punset. Estamos atrapados en el universo místico de la monja de las llagas y por eso no despegamos como sí lo hicieron los peregrinos calvinistas o los anglicanos. Nos persigue el tufo cultural del lenguaje rancio, también en la economía. Hacemos los discursos de la modernización y del progreso pero los hacemos como los monos del zoo hacen las piruetas que deseamos ver para recibir su ración de cacahuetes. Imitamos y encima lo hacemos mal.

Cuando alguien pone fe y empeño y trata de quebrar la monotonía de la certidumbre alzando una voz crítica con las inercias, entonces acuden los Santiago matamoros, los campeadores que acechan siempre a lo innovador, lo diferente, lo que nos haga abandonar el paleolítico moral y el atraso secular de nuestra actividad.

Zapatero intenta abordar la crisis evitando cargar su peso sobre los más débiles. Aplica el principio racional del pacto social, la garantía de supervivencia de nuestra sociedad evitando que ésta caiga en el abismo de los choques brutales entre la marginalidad y la satisfacción. Zapatero quiere que la crisis derive en un modelo productivo real, en un cambio de paradigma económico que nos sitúe en las oportunidades del desarrollo científico en los nuevos campos del progreso del siglo XXI, en la innovación y en el desarrollo en nuevos modelos competitivos.

Zapatero cree que los cambios deben hacerse sobre colchones sólidos y que el impulso debe provenir de un esfuerzo colectivo de la sociedad, la empresa y el estado. Quiere conjurar los demonios clásicos de la exclusión de los más débiles, la que siempre termina alimentando una sociedad dual, fundamentada en una enorme injusticia que denigra por si misma cualquier avance que se pueda dar. Salgamos de la crisis, pero salgamos todos porque hay opciones reales que lo permiten.

Sospecho que muchos que se rasgan las vestiduras y se tiran de los pelos desearían volver a la subvención del ladrillo y al crecimiento calculado en la perpetuación de nuestra dependencia de sectores económicos tan concretos como limitados. Como el viejo apostado en el balcón en la novela de Azorín, la España inmemorial quiere ver pasar el tiempo sin que nadie cambie las cosas que siempre fueron así. Quieren dejarnos un legado inmutable, vacío, vano. Una realidad de cerámica, de apariencia sólida, de consistencia débil. El mundo a rastras que siempre fue España desde el final del imperio de los Austrias.

Qué pena esta falta de valentía y de coraje para resolver el presente mediante medidas hechas con materia de futuro. Qué pena ésta sinrazón acomodaticia que reduce todo al diagrama de una suma o una resta, pero nunca al de una operación compleja.

Zapatero errará, seguro, en mucho, pero acierta en intentar aprovechar esta oportunidad para dar el salto con el que sólo sueñan los que creen de verdad en las auténticas posibilidades del país. Una idea incomprensible para Rajoy que se limita a echar cuentas sobre sus auténticas oportunidades personales en el futuro.

Dos formas de entender la política y la responsabilidad.

domingo, septiembre 06, 2009

Israel desafía a Obama

Publicado por Inocencio Arias en estrelladigital .es 06/09/09

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El Gobierno de Tel Aviv lanza un disparo en la línea de flotación de la política estadounidense en Oriente Próximo y resquebraja la credibilidad de Obama en el mundo árabe. Este fin de semana los dirigentes judíos anuncian, a pesar de las incesantes peticiones de Washington, que sólo congelarán temporalmente la construcción de nuevos asentamientos en territorio palestino y que, incluso, van a empezar a levantar ya 2.500 viviendas en uno de ellos.

Obama, Hillary Clinton y el portavoz de la Casa Blanca han repetido que Estados Unidos "no acepta la legitimidad de la expansión de los asentamientos y pide que cese". La secretaria de Estado ha manifestado inequívocamente que su Gobierno se opone incluso "al crecimiento natural" de los asentamientos, una razón frecuentemente argumentada por Netanyahu para justificar la construcción de nuevas viviendas.

Es claro, de un lado, que cualquier aumento de la población judía (en la zona oeste ya viven 300.000 israelitas) en tierras que serán de la nación palestina es aumentar la magnitud de un problema. Más grave, si cabe, es que, para obtener compensaciones árabes a la hora de negociar un acuerdo serio con Israel, la Administración de Washington necesita concesiones israelíes que muestren que el Gobierno judío va en serio en la búsqueda de la paz. La más obvia, y la que obtiene mayor unanimidad de la comunidad internacional, es levantar o como mínimo congelar los asentamientos. La postura desafiante de Netanyahu, producto, en parte, de su alianza con partidos de la derecha, sólo hace complicar seriamente la situación. Da alas a los extremistas islámicos, alimenta el rechazo de Hamas a tratar con Tel Aviv y deja en una posición insostenible a los moderados de la Autoridad Palestina que tienen que negociar y que se oponen a las conversaciones de paz sin una parada total de los asentamientos.

Elliot Abrams, experto en Oriente Próximo, comenta que Netanyahu, pulsando el talante israelí, sabe "hasta dónde llegar" en su desafío a Obama. El negociador palestino Saeb Erekat, de su lado, se pregunta elocuentemente: "¿Si Obama no puede detener los asentamientos, quién va a creer en el mundo árabe que puede alcanzar un acuerdo sobre las fronteras, Jerusalén o los refugiados? Se trata de la credibilidad de Obama".

viernes, agosto 28, 2009

Los ejemplos de Ted Kennedy y Larsson

Publicado hoy por Daniel Martin en estrelladigital.es
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Los ejemplos de Kennedy y Larsson


En Atrapado en el tiempo el personaje de Bill Murray se veía condenado a vivir una y otra vez la misma jornada: ?el día de la marmota?. Alaska, otrora cantante, afirmó hace algunos meses que cada mañana, después de leer el periódico, tenía la sensación de que en España estábamos atrapados en nuestro peculiar día de la marmota. Efectivamente, aquí nunca pasa nada y nuestros destinos parecen a merced de los acontecimientos. Pocas veces la voluntad humana ha tenido tan poco valor como aquí y ahora.
Por eso resulta necesario mirar al extranjero para aprender un poco y ver situaciones o personalidades ejemplares, usado el adjetivo en el sentido cervantino. ¡Tenemos tanto que aprender pero tan pocas ganas de levantar la vista del ombligo!
Por ejemplo, la muerte del senador Edward Kennedy me ha permitido observar de cerca una figura que desde mi ignorancia me parecía menor por ser el benjamín de JFK y Bob. Más de cuarenta años en la Cámara Alta estadounidense con una actitud coherente con sus propias ideas y, sobre todo, leal con sus representados. Del partido demócrata, se opuso a las guerra de Vietnam e Iraq. Pero colaboró con George W. Bush cuando fue necesario para reformar el sistema educativo estadounidense. Antes su país y sus paisanos que su partido.
Estas grandes figuras políticas de los Estados Unidos convierten a la capital del imperio en una nación eminentemente democrática. El ejemplo de Ted Kennedy, a día de hoy, no tiene parangón en nuestra querida y dolorosa España. Aunque, como democracia, somos mucho más jóvenes y tenemos mucho que aprender. Sólo nos falta desearlo.
Otro ejemplo. Stieg Larsson triunfa después de muerto con su trilogía Millenium . Aparte de la calidad literaria de la obra, siempre expuesta a la opinión de cada uno, lo ejemplar de esa novela se encuentra en sus dos protagonistas: Lisbeth Salander, personaje extremo y salvaje, tiene no obstante un estricto sentido moral de la existencia, lo que la aleja de la gran mayoría social europea; Mikal Blomqvist es un periodista al uso pero que también tiene una manera rigurosamente ética de entender su profesión y su sentido vital.
Más allá de eso, Blomqvist ejerce el periodismo como una lucha contra los grandes defectos de su país y es capaz de poner en juego su carrera, incluso su vida, con tal de vencer a los ?malos?. Por eso resulta un personaje cautivador y, curiosamente, estrafalario en estos tiempos que corren. Quizás por su actitud roquítica y demoledora la trilogía tiene un valor más allá de lo lúdico y literario.
La muerte de Ted Kennedy y el éxito de Millenium son dos de las grandes noticias de este verano. En cada una de las dos el español puede aprender un mundo. El norteamericano defendió sus ideas desde el respeto a sus electores, y por eso consiguió ser senador durante más de cuatro décadas ejemplares en lo democrático. Los libros de Larsson reflejan la sociedad y la civilización suecas, donde existe un auténtico Estado de Derecho y donde, dentro de lo creíble, un periodista puede cambiar cosas con valentía y autenticidad porque el escritor, a la postre, creía en la democracia de su patria y en la libertad de expresión.
Kennedy y Larsson, cada uno a su manera, fueron miembros importantes de dos países dinámicos que avanzan como si tuvieran vida propia. En Estados Unidos y Suecia no parece posible que las cosas se repitan interminablemente sin que nadie intente remediar los problemas internos. Algo que ocurre en España, o por lo menos algunos tenemos la impresión de estar atrapados en el ?día de la marmota? sin que se atisben mínimas mejoras en el horizonte. Seguramente seamos los mismos que sintamos envidia sana ante ejemplos extranjeros, ganas de que aquí nazcan fenómenos semejantes a los del senador por Massachussets y el novelista escandinavo.

martes, mayo 05, 2009

Aznar: El tio de la vara

Ultimamente Pablo Sebastian esta que se sale, este articulo lo publica en www.estrelladigital.es el 05-05-09...Otra vez bajo el pseudonimo de Marcello
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Nada, Aznar no se calla ni debajo del agua, y ayer salió para enturbiar el cambio político en el País Vasco, para ponerse él otra medalla diciendo que fue Mayor Oreja el que "encendió la antorcha" en el 2001, cuando fue más bien al contrario porque Mayor fue el que provocó un feroz incendio con el nacionalismo, perdió aquellas elecciones, se ausentó de la votación de los Presupuestos y al final se quedó con las ganas de ser el sucesor del señor del bigote, el nuevo tío de la vara, el vengador del pueblo del humorista José Mota. Este Aznar que no soporta los éxitos de Rajoy, y que machacó a su partido en el País Vasco con ayuda de María San Gil y el discursito de los principios y los valores, o de la bronca permanente que eso es lo suyo mientras enseña la vara para medir los costillares de propios y extraños.
Tras la reciente victoria del PP de Rajoy en Galicia Aznar convocó una foto de su primer gobierno, como si él hubiera sido el triunfador, y ahora suelta el canto a Mayor Oreja en vez de elogiar a Rajoy y Basagoiti que han sido los artífices del cambio en Euskadi en compañía de Patxi López, aunque este último les escamotee sus méritos al PP.
El otro día Aznar declaró que Rato, su ex vicepresidente, fue el mago de las finanzas y, entonces ¿por qué no lo nombró su sucesor? O ¿por qué Aznar, el tío de la vara, no nombró su sucesor a Mayor Oreja, el tío de la antorcha? Pues porque finalmente se decidió a nombrar a Rajoy, pensando quizás que si era Rajoy quien ganaba las elecciones el que mandaría en España y en el PP sería él, desde las bambalinas de FAES. Porque si gobernaba Rato quien mandaba sería Rato, y si gobernaba Mayor, mandaría Pedro J.
O sea, que Aznar escogió a Rajoy, para llevar después a pupilo a la derrota electoral de 2004 con las mentiras de Irak y las del 11-M, y posteriormente para no dejarlo vivir en esa legislatura con la conspiración de las lejanas montañas y remotos desiertos y enredarlo, con ayuda de Acebes y Zaplana, en una nueva derrota en 2008. Y, después de todo, y tras echarle a Rajoy un jarro de agua fría en el congreso valenciano del PP, donde el tío de la vara, Aznar, se presentó bronco como un jeque kuwaití con el avión privado de un amigote multimillonario, pues después de todo esto, y cuando ya parece que Rajoy empieza a levantar cabeza, llega Aznar con la vara en ristre y no para de despotricar contra Rajoy -y en este caso contra Basagoiti- para que el PP pierda la imagen recuperada del centro.
Pero que le pasa. Lo hemos dicho hace poco pero vamos a insistir. Aznar quiere volver y sueña con un batacazo de Rajoy en las europeas para saltar con la vara en la mano sobre la presidencia del PP, con la ayuda de la clac mediática de la extrema derecha, la que desde hace unos meses no paran de jalearlo y azuzarlo.
Y ya que dice lo de la antorcha de 2001, vamos a explicar donde se inicia el principio del fin del aznarismo y la pérdida del poder por parte del PP. Fue, precisamente, tras las elecciones generales del año 2000 donde el PP logró la mayoría absoluta y dijo: "voy a ser yo". Y se le escapó el franquito que llevaba dentro, liquidó la moderación, arruinó sus pactos con CiU y PNV -como si las mayorías absolutas fueran a ser eternas-, cesó a Álvarez Cascos de la vicepresidencia primera del gobierno, se enamoró de Bush, se fue a la guerra de Irak, con su pequeña "división azul" y un saco de mentiras, se montó una boda imperial -para su niña- en El Escorial, montada por el clan de los Correa, y finalmente se metió en otro saco de mentiras sobre el 11-M, negando la autoría islámica, y el pueblo sabio y soberano le dio al tío de la vara una patada en el trasero de Rajoy.
La cuestión es muy sencilla, si la derecha española tiene dificultades para lograr mayoría por la competencia del nacionalismo conservador en el País Vasco y Cataluña, y si gobernando con CiU y PNV y con moderación el PP sacó mayoría absoluta ¿por qué Aznar cambió la fórmula triunfadora? Pues porque quería ser él, y se hundió y hundió al PP y nos trajo el regalito de Zapatero, que es otro invento suyo. Y cuando parece que ahora se desinfla el Bambi de la Moncloa, llega el tío de la vara y se pone a inundar con sus soflamas y sus terroríficas fotos los medios de comunicación. ¿A dónde quiere llegar? Pues a la Moncloa, pero eso Aznar, el tío de la vara, ya no lo va a lograr.

sábado, abril 25, 2009

Condi y sus amigos aznaristas

Publicado el 24-04-09 en www.estrelladigital.com, por Marcello (seudonimo utilizado por Pablo Sebastian). Ni el periodico ni el escritor se caracterizan por su amor a la izquierda, pero sin duda este articulo es una muestra de que en Espanya todavia existe una derecha civilizada.
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Condolezza Rice (la señora arroz, la llamó el Rey Juan Carlos) está en el ojo del huracán, o de la posible investigación de las torturas ilegales que fueron autorizadas en los Estados Unidos, porque se ha descubierto que en 2002 autorizó prácticas de tortura sin cobertura legal, y por supuesto moral. Así, la que fuera la consejera de Seguridad y la secretaria de Estado del presidente George Bush, está bajo presión política, mediática y judicial, y con ella sus otros compañeros en el gabinete como Cheney o Rumsfeld, y ya veremos si el propio Bush.
Sobre todo una vez que el presidente Obama ha abierto las puertas a una posible investigación judicial de los responsables políticos de torturas. Una medida que chocan con la actitud de Obama contraria a procesar a los que han llevado a cabo estas prácticas infames que violan derechos humanos, libertades y las leyes nacionales e internacionales, con la misma facilidad que se violó la normativa internacional en la mentirosa guerra de Irak.
Pues bien, a Condolezza, Aznar y sus colaboradores la llamaban "condi" y mantenían con ella y con Rumsfeld una llamativa familiaridad que ahora se vuelve contra estos personajes, algunos de los cuales lejos de reconocer el cúmulo de errores y abusos cometidos en Irak, las cárceles secretas, otras más públicas como Abú Griab o Guantánamo, siguen con sus discursos del eje del mal, y del vale todo -incluso la muerte o la tortura- para la lucha contra el terrorismo islámico.
Entre ellos figura el presunto analista -es un fanático, más que otra cosa- Bardají estrecho colaborador de Aznar y puede que ubicado en FAES con lo que estaría comprometiendo seriamente al PP con su actitud infame, y que acaba de publica en ABC un artículo para justificar las que llama "presuntas torturas". Torturas de las que todo el mundo ha visto imágenes, que han sido reconocidas por sus autores, hasta por el gobierno de Bush, y que han sido hechas públicas por el presidente Obama y constan en muchos documentos oficiales del gobierno norteamericano, gráficos y escritos. Los mismos documentos que se van a poner a disposición de las respectivas comisiones del Congreso y Senado de los Estados Unidos.
¿Cómo pueden Aznar, FAES y el PP consentir semejantes infamias a estas alturas de la guerra de Irak y cuando la famosa Condi se encuentra a punto de sufrir una investigación política y judicial que ya veremos a donde le va a llevar?
Cabe discutir la oportunidad de Obama de abrir este debate si no piensa llegar hasta el fondo de las responsabilidades políticas y judiciales del caso, tanto en lo que a los legisladores, políticos y torturadores se refiere. Pero lo que no se puede poner en tela de juicio son los crímenes y las torturas que una democracia como la americana puso en marcha en la guerra de Irak, poniéndose con ello a la altura de los más feroces regímenes autoritarios. Y resulta sorprendente y repugnante que en España, en el entorno de Aznar y del PP, algunos sigan haciendo semejante apología. Lo que solo es explica desde la desesperación y enajenación que les produce a estos amigotes de Bush, Condi, Rumsfeld y Cheney, el ver como se les derrumba el castillo de abusos y mentiras en el que todos habitaron en un tiempo aún no lejano y del que en España, los chicos de Aznar siguen haciendo una apología que en Estados Unidos nadie, ni siquiera estos cuatro, se atreve a mencionar.

sábado, noviembre 01, 2008

La Reina...

Los que me conocéis un poco sabéis que Enric Sopena no siempre es santo de mi devoción, y que en muchas ocasiones he considerado sus artículos, con más o menos argumentos, parte de la gasolina que en los últimos años se ha lanzado contra el fuego del circo polítco.
No obstante, os emplazo a que os leais su último análisis publicado hoy en http://www.elplural.com/ sobre las controvertidas declaraciones de La Reina en el libro de Pilar Urbano. Yo sinceramente no puedo estar más de acuerdo.
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Franco nombró a su sucesor, Señora, para continuar con la dictadura, no para traer las libertades

Comenta la Reina –en el polémico libro de Pilar Urbano- que “el testamento de Franco fue clave, porque el Caudillo decía que los españoles debían ponerse al lado del nuevo Rey”. Pues bien, sepa la Reina, tan cariñosa con Carmencita –la hija de Franco y doña Carmen collares- que, de haberse producido los acontecimientos según pretendía el dictador, habría durado la Monarquía en España menos que un caramelo en la puerta de una escuela. Porque los españoles demócratas –que eran y son mayoría- no hubieran respaldado a un Rey impuesto por Franco con el único fin de que continuara el Régimen del 18 de julio.
Ocurrió, Señora, exactamente todo lo contrario. Con clarividencia, y visión de futuro, fue el Rey el que se puso al lado de los españoles. O, si se prefiere, se puso al frente de una manifestación imparable, que exigía la democracia y la recuperación de las libertades, vilmente secuestradas durante cuarenta años por la fuerza no de la razón, sino de las armas. Bajo palio Usted, Señora, habría sido Reina no digo por un día –como aquel famoso concurso de la TVE de los años sesenta-, pero sí por un tiempo más bien efímero, si su marido hubiera sido fiel al juramento que hizo a los Principios Fundamentales del Movimiento Nacional, cuando en julio de 1969, fue nombrado sucesor de Franco a título de Rey. A Juan Carlos I no lo designó el tirano para convertir a España en una monarquía constitucional y parlamentaria –que él odiaba por ser sinónimo de libertad-, sino para perpetuar el fascismo a la española el falangismo de Isabel y Fernando, [“moriremos besando la sagrada bandera”], o el nacionalcatolicismo de Franquito bajo palio y obispos desempeñando cargos claramente políticos. El último dictador El último dictador de la Europa Occidental fue un general español golpista –con las manos manchadas de sangre- arropado por muchos de sus compañeros castrenses y por Hitler, Mussolini, el portugués Salazar y la oligarquía española, además de la cúpula de la Iglesia. ¿Se acuerda usted, Señora, que el único jefe de Estado que asistió a los funerales de Franco, tras el 20-N de 1975 fue Augusto Pinochet, el siniestro general chileno, a las órdenes de la Casa Blanca de Richard Nixon y de Henry Kissinger? Pinochet, que era un asesino, fue un gran admirador de Franco. Don Juan de Borbón Franco mantuvo a raya a su suegro, Señora, don Juan de Borbón. No se fiaba de él. Temía que instaurase una monarquía a la inglesa. En orden estricto dinástico, el padre de su marido era el heredero de la Corona. Fue boicoteado desde El Pardo y los juanistas -que por lo general fueron gentes bien intencionadas de la derecha civilizada- fueron a menudo tildados de traidores a España o de compañeros de viaje de los rojos. El nombramiento de Juan Carlos I se hizo a espaldas del titular de la dinastía. Usted debe de conocer muy bien la fricción entre su marido y su padre desde aquel julio de 1969. La elección Fue elegido Juan Carlos Borbón y Borbón heredero del Caudillo en una sesión solemne de las Cortes Españolas. Votaron los llamados procuradores –el vocablo diputado estaba mal visto-, todos ellos franquistas, directamente o indirectamente nombrados gracias al dedo del dictador. Estuvieron también los procuradores por el tercio familiar, que eran una parodia, una mala caricatura o un remedo lamentable del sistema democrático. Todo junto, pues, venía a ser un artificio, una inmensa tomadura de pelo. Ofensa a una parte de los españoles Señora, usted ha conseguido –como ha declarado el portavoz del PP, Esteban González Pons- “ofender a una parte de los españoles, pero representa lo que piensa la otra mitad”. ¿Ha dejado de ser la Reina de todos los españoles? Hay que decir que González Pons ha hecho un buen diagnóstico al señalar que el debate debe centrarse en si la Monarquía “debe hablar o no”. Ése es uno de los aspectos relevantes, sin duda, de la situación creada por la Reina. Pero, aun siendo bueno el diagnóstico, parece necesario subrayar que ese debate es innecesario porque estaba correctamente resuelto –con alguna que otra excepción en principio de tono menor- aplicando la doctrina esencial de las Monarquías constitucionales: “El Rey reina pero no gobierna”. Gobierna el partido que vence en las urnas o que logra sumar el número suficiente de diputados para gobernar”. Después del grave traspiés El auténtico debate, a partir de ahora, va a empezar a ser Monarquía o República. Barrunto que así será después del grave traspiés de la Reina, que incluye además escarceos peligrosos por la política internacional, como sus severas críticas a Putin y sus impertinencias hacia el Rey de Marruecos. Algunos argüirán que ese debate ya existía, pero puede obviamente multiplicarse y potenciarse al máximo. El caldo de cultivo lo ha puesto sobre la mesa la mujer del César. Ha olvidado uno de sus principales deberes. No sólo Sofía de Grecia debe ser constitucional; también ha de parecerlo. Y en esta ocasión ni ha sido constitucional ni lo ha parecido. ¿Se encenderá la luz roja de alarma en La Zarzuela? El Rey, en el momento procesal oportuno, se puso al lado de los españoles. Usted, Señora, ahora se ha equivocado. Enric Sopena es director de El Plural -->
Ocurrió, Señora, exactamente todo lo contrario. Con clarividencia, y visión de futuro, fue el Rey el que se puso al lado de los españoles. O, si se prefiere, se puso al frente de una manifestación imparable, que exigía la democracia y la recuperación de las libertades, vilmente secuestradas durante cuarenta años por la fuerza no de la razón, sino de las armas. Bajo palio Usted, Señora, habría sido Reina no digo por un día –como aquel famoso concurso de la TVE de los años sesenta-, pero sí por un tiempo más bien efímero, si su marido hubiera sido fiel al juramento que hizo a los Principios Fundamentales del Movimiento Nacional, cuando en julio de 1969, fue nombrado sucesor de Franco a título de Rey. A Juan Carlos I no lo designó el tirano para convertir a España en una monarquía constitucional y parlamentaria –que él odiaba por ser sinónimo de libertad-, sino para perpetuar el fascismo a la española el falangismo de Isabel y Fernando, [“moriremos besando la sagrada bandera”], o el nacionalcatolicismo de Franquito bajo palio y obispos desempeñando cargos claramente políticos. El último dictador El último dictador de la Europa Occidental fue un general español golpista –con las manos manchadas de sangre- arropado por muchos de sus compañeros castrenses y por Hitler, Mussolini, el portugués Salazar y la oligarquía española, además de la cúpula de la Iglesia. ¿Se acuerda usted, Señora, que el único jefe de Estado que asistió a los funerales de Franco, tras el 20-N de 1975 fue Augusto Pinochet, el siniestro general chileno, a las órdenes de la Casa Blanca de Richard Nixon y de Henry Kissinger? Pinochet, que era un asesino, fue un gran admirador de Franco. Don Juan de Borbón Franco mantuvo a raya a su suegro, Señora, don Juan de Borbón. No se fiaba de él. Temía que instaurase una monarquía a la inglesa. En orden estricto dinástico, el padre de su marido era el heredero de la Corona. Fue boicoteado desde El Pardo y los juanistas -que por lo general fueron gentes bien intencionadas de la derecha civilizada- fueron a menudo tildados de traidores a España o de compañeros de viaje de los rojos. El nombramiento de Juan Carlos I se hizo a espaldas del titular de la dinastía. Usted debe de conocer muy bien la fricción entre su marido y su padre desde aquel julio de 1969. La elección Fue elegido Juan Carlos Borbón y Borbón heredero del Caudillo en una sesión solemne de las Cortes Españolas. Votaron los llamados procuradores –el vocablo diputado estaba mal visto-, todos ellos franquistas, directamente o indirectamente nombrados gracias al dedo del dictador. Estuvieron también los procuradores por el tercio familiar, que eran una parodia, una mala caricatura o un remedo lamentable del sistema democrático. Todo junto, pues, venía a ser un artificio, una inmensa tomadura de pelo. Ofensa a una parte de los españoles Señora, usted ha conseguido –como ha declarado el portavoz del PP, Esteban González Pons- “ofender a una parte de los españoles, pero representa lo que piensa la otra mitad”. ¿Ha dejado de ser la Reina de todos los españoles? Hay que decir que González Pons ha hecho un buen diagnóstico al señalar que el debate debe centrarse en si la Monarquía “debe hablar o no”. Ése es uno de los aspectos relevantes, sin duda, de la situación creada por la Reina. Pero, aun siendo bueno el diagnóstico, parece necesario subrayar que ese debate es innecesario porque estaba correctamente resuelto –con alguna que otra excepción en principio de tono menor- aplicando la doctrina esencial de las Monarquías constitucionales: “El Rey reina pero no gobierna”. Gobierna el partido que vence en las urnas o que logra sumar el número suficiente de diputados para gobernar”. Después del grave traspiés El auténtico debate, a partir de ahora, va a empezar a ser Monarquía o República. Barrunto que así será después del grave traspiés de la Reina, que incluye además escarceos peligrosos por la política internacional, como sus severas críticas a Putin y sus impertinencias hacia el Rey de Marruecos. Algunos argüirán que ese debate ya existía, pero puede obviamente multiplicarse y potenciarse al máximo. El caldo de cultivo lo ha puesto sobre la mesa la mujer del César. Ha olvidado uno de sus principales deberes. No sólo Sofía de Grecia debe ser constitucional; también ha de parecerlo. Y en esta ocasión ni ha sido constitucional ni lo ha parecido. ¿Se encenderá la luz roja de alarma en La Zarzuela? El Rey, en el momento procesal oportuno, se puso al lado de los españoles. Usted, Señora, ahora se ha equivocado.

martes, junio 03, 2008

¿Dónde está el 'hombre tanque' de Tiananmen?

Os invito a leer este articulo de David Jimenez publicado en su blog conectado a www.elmundo.es el 3 de Junio de 2008
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3 de junio de 2008.- Avenida de Changan de Pekín. Cinco de junio, 1989. Los tanques han aplastado la revuelta estudiantil en las últimas 48 horas y los hospitales están desbordados ante el número de heridos. Algunos han perdido las piernas, aplastadas bajo los tanques. La rebelión ha muerto para todo un pueblo, menos para él.
¿Quién es?
Lleva un pantalón negro, camisa blanca y dos bolsas de plástico, como si viniera de la compra. Una fila de tanques T-59 trata de avanzar por la principal avenida de la ciudad, pero él se antepone y logra frenar su avance.
¿Quién es?
El primer tanque trata de esquivarlo y él se desplaza hacia un lado para ponerse de nuevo delante. Se sube al tanque y habla con el soldado que quiere avanzar, quizá tiene prisa por seguir disparando contra jóvenes desarmados. Aseguran que le dijo: "Vete, da la vuelta y deja de matar a mi gente".
¿Quién es?
Nadie lo sabe. Han pasado 19 años y sigue siendo simplemente el 'hombre tanque'. 'El rebelde desconocido'. 'El héroe de Tiananmen'. Si está vivo, quizá alguien le haya contado que fue nombrado por la revista Time uno de los '100 personajes más influyentes del siglo XX' y que su acción ha inspirado revueltas desde Indonesia a Ucrania. Pero no ha aparecido para reclamar su premio o recibir los aplausos. Unos los sitúan viviendo en el anonimato en alguna parte de la China rural, otros en el exilio de Taiwán y la mayoría bajo tierra, su osadía concluida de un disparo en la nuca.
¿Quién es?
Me gustaría preguntarle qué se siente cuando se actúa convencido de que un principio está por encima de la vida propia, si tenía miedo o éste había desaparecido engullido por la magnitud de aquella injusticia. ¿Acaso creíste que podías, tú solo, frenar al mayor Ejército del mundo, derrocar a la dictadura y devolver la vida a los caídos?
Tanques contra personas: parece desigual y lo es. Fuerza contra ideas. Parece injusto pensar que se pueda imponer la primera, pero ocurrió. Cientos de miles de estudiantes y ciudadanos de a pie dijeron basta al régimen comunista chino, tomando ese millón de metros cuadrados de historia que es la plaza de Tiananmen. Atrincherados, un grupo de líderes despóticos se vio en la encrucijada de perder el poder o disparar a su propia gente. Eligieron la segunda opción. El delito de las víctimas: haber osado enarbolar la bandera de la libertad.
China ha vivido desde entonces una transformación sin precedentes, ha sacado de la pobreza a cientos de millones de sus habitantes y empieza a ocupar el sitio que merece entre las potencias del mundo. Pero Tiananmen sigue importando porque es el símbolo de lo que no ha cambiado en todo este tiempo: pensar diferente, y sobre todo hacerlo en voz alta, se paga todavía con la cárcel.
"No fueron miles sino unos pocos cientos los muertos de Tiananmen", llevan años repitiendo los siempre comprensivos apologistas de una dictadura que nos les afecta directamente. Bien, fueron cientos pues. ¿Es eso más aceptable? "Gracias al régimen y su intervención, China es hoy el milagro económico que es", insisten. Más bien a su pesar, pensamos los que creemos que el mérito es del pueblo chino y no de un grupo de dictadores que cada cinco años se reeligen a sí mismos en el nombre de un comunismo que ha desaparecido.
Y parece legítimo preguntarse si volverían a sacar a los tanques en caso de que vieran amenazadas sus prebendas. Quizá un hombre sin nombre, recién llegado de la compra, se pondría frente a ellos para recordarles que hay cosas que no se pueden matar. Ni siquiera con tanques. Aquí estamos, 19 años después, y el héroe de Tiananmen sigue vivo, símbolo imperecedero de la lucha por la libertad y contra la opresión.
¿Quién es?
Importa más qué hizo.