lunes, octubre 24, 2005

El Estatut y el oportunismo irresponsable

Hola a todos de nuevo, han pasado muchos meses y muchas cosas sin que me dignara a publicar un puñetero post!! Pero la ocasión del Estatut lo merece y un amante de la política y el debate como servidor no podía dejar escapar esta ocasión para opinar e intentar (espero que con éxito) que vosotros también opinéis. Ahí tenéis el artículo: calentito, calentito.
El Estatut y el oportunismo irresponsable
La propuesta de reforma estatutaria que salió de parlamento catalán con un apoyo del 90% de los representantes electos del pueblo de Cataluña, ha provocado todo tipo de opiniones y reacciones en la vida pública y política de todo el país.
Como toda propuesta política, el Estatut, es susceptible de ser admirado o criticado tanto como el tertuliano en cuestión considere oportuno. Aún así aquellos que opinan también son susceptibles de ser criticados y valorados.
Hay quien se empeña en intentar buscar complicidades y puntos en común entre el rechazado Plan Ibarretxe y la propuesta catalana, casualmente son los mismos que criticaban al Plan del Lehendakari por tener tan sólo el 50% del apoyo parlamentario, y por plantear una propuesta de reforma estatutaria que planteaba en sí misma y sin tapujos una ruptura con la constitución. Parece que olvidan que como ya he dicho el estatuto lo apoyó el 90% del parlamento autonómico, y que, pese a ser de cuestionable constitucionalidad en muchos de sus preceptos, es un texto que hace más de una referencia a la constitución a la cual se supedita, y que fue elaborado en un clima político donde todos y cada uno de los agentes negociadores afirmaron, en las últimas fechas de la negociación, que la reforma seguiría las reglas del juego constitucionales. ERC y el Sr. Carod-Rovira también, para el que no me crea:
Carod-Const.
Pero sobretodo, hay quien va aún más allá, hay quien ve en esta propuesta un gran argumento electoral para desgastar al máximo el gobierno de Zapatero. Saben que la frase de “Se rompe España” vende mucho más que cualquier otro argumento lógico para captar electorado. Saben que una estrategia catastrofista les funciona a la perfección, porque saben que el miedo siempre ha funcionado como un motivo jugoso para ganar votos, y en eso están…El problema de todo esto es que va mucho más allá de una estrategia electoral, ya que lo que realmente está haciendo es enfrentar y separar a este país en el que muchos creemos, y al que amamos a pesar de que nos lo quieran intentar vender como aquella patria “grande y libre” que proclamaban aquellos fascistas del pasado cuya concepción de España despreciaba su mayor riqueza, que no es otra que su diversidad de gentes, culturas y lenguas. Y es que eso es España…Yo soy catalán, de madre gallega, de padre extremeño, y actualmente vivo y trabajo en Madrid; puedo garantizar de manera objetiva que mis abuelos paternos tenían culturas absolutamente distintas que mis abuelos maternos, y que a su vez el ambiente que yo he respirado toda mi vida en Barcelona, no es el mismo que el que ahora respiro en Madrid; pero este hecho no me provoca ningún tipo de rechazo, sino que, muy al contrario, me hace sentir español, pero español de verdad…porque realmente creo en España como una unión de pueblos que han compartido hechos históricos del calibre del descubrimiento de América y desgracias históricas como los 40 años de dictadura franquista. Sin embargo no puedo negar mi decepción cuando veo que algunos que como yo se consideran amantes de España, basan su españolismo en un nacionalismo exacerbado que no responde a nada que tenga que ver con la elaboración de un proyecto en común entre todos los pueblos del país. No, me niego a llamarlos nacionalistas españoles. Porque alguién que se hiciera llamar así debería conocer lo que realmente es España, debería conocer sus pueblos y gentes y respetar los sentimientos identitarios de cada una de estas regiones o comunidades nacionales (como dice la constitución). Un nacionalista español nunca pediría el boicot contra las empresas de parte de su páis, y sobretodo nunca haría ningún intento de enfrentar a partes de lo que él considera su nación, y defendería la diversidad y singularidad de cada parte como si realmente fueran su tesoro más preciado. Lo que haría alguién que realmente creyese en España sería intentar crear un modelo de Estado donde la mayor parte posible de ciudadanos se sintiera identificado, y este modelo sale de mirar a España y ver lo que es. Este fue precisamente el esfuerzo que se realizó en la elaboración de la Consitución del ’78, donde a pesar de la presión de reductos franquistas se desarrolló un concepto de España basado en la diversidad cultural y en una concepción plural de la nación. Nunca está de más recordar que aquellos que ahora se llenan lo boca con aquello de “Se rompe España” ya se la llenaban antaño, diciendo que nuestra Carta Magna también rompía España. Ahora que han visto que parece ser que ya nadie tiene miedo a que el estado de las autonomías signifique la gran panacea del independentismo y el separatismo, y que por lo tanto eso ya no vende, aprovechan cualquier ocasión que se les presenta para dar rienda suelta ese deje centralista y arcaico que nunca abandonaron, pero ahora poniendo de escudo esa Constitución que en el fondo nunca soportaron.
Lamentablemente, esto ya no sorprende a nadie, al fín y al cabo son los mismo que tanto rajaron sobre la ley del Divorcio para posteriormente ser sus más asiduos usuarios. Tal vez, sólo tal vez, les pasa lo mismo con la ley del matrimonio homosexual.
Yo he tenido la oportunidad y la paciencia de leerme la propuesta de Estatut para Catalunya, y sinceramente, NO me gusta. En primer lugar me parece demasiado intervencionista en muchos aspectos, especialmente en lo que se refiere a medios de comunicación, en segundo lugar considero que aborda el tema de la financiación desde una perspectiva equivocada, y que no expresa como debiera que Catalunya es y será solidaria con el resto de pueblos de España, aunque teniendo en cuenta como es natural que esta solidaridad, se debe basar en políticas de desarrollo industrial y social para conseguir que cada una de las comunidades del territorio nacional pueda llegar a regirse económicamente de la mejor manera posible, y garantizando por tanto la existencia de un país uniforme y equilibrado en términos económicos y de bienestar social. Por último sobre el término nación, la discusión me parece una tontería mayúscula, ya que si se entiende España como nación de naciones uno puede decir que Cataluña es una nación y ser más español que nadie, y si no se entiende así pues no: así de simple…
Pero bien, precisamente porque todo lo que sale de la mano o de la cabeza del hombre es especialmente susceptible de ser interpretado, tenemos unas leyes que nos rigen y unos jueces que se encargan de interpretarlas con un criterio que es el que se ha de respetar según esas mismas leyes. A donde quiero llevar este hilo argumental es hasta el lugar donde están aquellos que dicen que la propuesta de un nuevo Estatut para Cataluña se ha de tramitar como una reforma constitucional. Según ese criterio cualquier ley que pasa por el parlamento y que sea mínimamente susceptible de ser anticonstitucional debería tramitarse como reforma de la Carta Magna, ¿no? . Pues no, porque para eso precisamente está el TC (Tribunal Constitucional) para, entre otras cosas, revocar aquellas leyes o normas que no sean constitucionales, aún habiendo sido aprobadas en sede parlamentaria.
Sin ir más lejos ahora está muy de moda el recurso que se ha presentado en el TC a propósito de la presunta inconstitucionalidad de la ley del matrimonio homosexual, ¿por qué no se intentó en su día que esta ley se tramitara como una reforma de la constitución? Evidentemente porque la estrategia de la catástrofe y del miedo aún no había llegado a los niveles actuales. Sin duda ahora interesa mucho más hacer una campaña agresiva intentando hacer creer a los españoles que la hipotética aprobación de un estatuto inconstitucional cambiará automáticamente nuestra Carta Magna, cuando saben perfectamente que es tan fácil como recurrir al TC.

Por eso no hay ninguna necesidad de alarma, porque hasta ahora lo único que se ha hecho ha sido seguir los pasos que marca la ley, y ahora el texto se debatirá en el congreso, que es donde según la constitución reside la soberanía nacional (cuando ERC es socio de gobierno también es así le pese a quien le pese); donde hay dos opciones: que se apruebe o que no se apruebe: muy fácil. Y una vez se apruebe, si el congreso ha sido tan incompetente de aprobar un Estatut anticonstitucional se lleva al TC y este decide: fin del problema. Sin miedos, ni catastrofes, ni “balcanizaciones”(ya sé que es un barbaridad…pero no es mía es de un mal perdedor que se dedica a echar pestes del país que presidió allí donde va)

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Espero vuestros comentarios, que empiece el debate!!!!
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